Inspirándose en éste, los hermanos Lumière, hijos del fotógrafo Antoine Lumière, crearon el cinematógrafo. La primera presentación fue el 28 de diciembre de 1895, en París, y consistió en una serie de imágenes documentales, de las cuales se recuerdan aquella en la que aparecen los trabajadores de una fábrica (propiedad de los mismos Lumière), y la de un tren (en la estación de Lion) que parecía abalanzarse sobre los espectadores, ante lo cual éstos reaccionaron con un instintivo pavor. Cabe mencionar que si bien la magia del cine se debe al aparato que (ahora) reproduce 24 cuadros (fotogramas) por segundo, resultaría inútil sin un "defecto" del ojo humano: la persistencia retiniana; ésta consiste en que una imagen cuando es capturada por la retina, queda fija unos breves instantes. Al ocurrir lo anterior, nuestro cerebro se encarga de lo demás: unir una imagen con la siguiente, hasta que se logra la sensación del movimiento de lo que sucede en la pantalla y que parezca tan real como la vida misma.
Por un tiempo, el cine fue considerado una atracción menor, incluso un número de feria, pero cuando George Méliès usó todos sus recursos para simular experiencias mágicas, creando rudimentarios -pero eficaces- efectos especiales, los noveles realizadores captaron las grandes posibilidades que el invento ofrecía. De esta manera, en la primera década del siglo XX surgieron múltiples pequeños estudios fílmicos, tanto en Estados Unidos como en Europa. En la época, los filmes eran de pocos minutos y metraje, trataban temas más o menos simples, y tanto por decorados como por vestuario, eran de producción relativamente barata. Además, la técnica no había resuelto el problema del sonido, por lo que las funciones se acompañaban con un piano y un relator (ver cine mudo). Pero en este tiempo surgieron la casi totalidad de los géneros cinematográficos (ciencia ficción, históricas o de época); el género ausente fue, por supuesto, la comedia musical, que debería esperar hasta la aparición del cine sonoro. También en la época se produjeron los primeros juicios en torno a los derechos de autor de las adaptaciones de novelas y obras teatrales al cine, lo que llevaría con el tiempo a la creación de las franquicias cinematográficas basadas en personajes o sagas.
Además de Edison, los hermanos Lumière y Méliès, hubo otros pioneros en la historia del cine como:
Charles Pathé: Tomando como referencia el cinematógrafo de los hermanos Lumière, como así también el kinetoscopio de Edison, fabricó una cámara tomavistas con la que inició sus producciones. Sus experimentos consistieron en el afán de combinar el fonógrafo con el cinematógrafo, pero los resultados resultaban de mala calidad por lo que no tuvo éxito.
Luego Pathé se va a vincular en el campo empresarial del cine, por lo que se desvincula de los aspectos artísticos y creativos, quedando encargado asalariados como Ferdinand Zecca. Pathé Frères sería la primera compañía en integrar las tres grandes ramas en las que se divide la industria del cine: producción, distribución y exhibición.
- Ferdinand Zecca: Se desarrolló dentro de la compañía Pathé con una actividad cinematográfica muy diversa como actor, guionista, director y decorador. Zecca aborda el cine de fantasía, aunque introduciendo una tendencia realista.su lenguaje cinematográfico se vuelve ágil, sus planos cinematográficos ya no son planos generales sino que comienza a emplear planos cinematográficos más cercanos. En 1913 Zecca abandona la producción cinematográfica para incorporarse a los servicios administrativos y comerciales y dirigir la construcción de los estudios Pathé en Berlín y Jersey City.
- Escuela de Brighton: grupo de fotógrafos que utilizaban cámaras filmadoras para experimentar. Descubren la fragmentación del relato y un tiempo después descubren la fragmentación de la escena cinematográfica, que es lo que se denomina "principio de montaje". También descubren la variedad en los puntos de vista en una misma acción. Son los primeros en filmar una persecución en tres tomas (ladrón de frutas). Sus producciones se vuelven más comerciales.
- Edwin S. Porter: Su preocupación y desempeño se centró en contar una historia cinematográfica mejor elaborada, con mayor cantidad de escenarios. Su intención era crear un relato que se entendía a sí mismo, por que los filmes hasta el momento eran acompañadas por un explicador. Descubre el montaje paralelo, el montaje simultáneo y hace intentos de montaje alterno. Se sientan las bases del cine de acción. Porter ofrece al público un nuevo mundo de relaciones: físicas y psicológicas.
- Léon Gaumont: Se interesó en los aspectos técnicos mecánicos del cine. Primeramente fue fabricante y vendedor de aparatos cinematográficos y luego se orientó a la producción cinematográfica. Su secretaria Alice Guy, inició con esta producción en 1898, al renunciar, Gaumont contrata a Louis Feuillade.
- Alice Guy: Comenzó como secretaria de Léon Gaumont, luego de unos años Guy pasó a escribir guiones y dirigir películas para la creada compañía Gaumont. En 1896 presenta su primer película narrativa («El hada de los colores»), en donde combinó las imágenes en movimiento con el arte teatral. Luego de unos años, en 1906 rodó «La vida de cristo» (utilizando el cronófono). Luego de residir en Nueva Jersey construyó uno de los estudios cinematográficos mejor equipados de la historia. Se la considera como la primera narradora de cine, además de ser la fundadora del cine como narración cultural. Fue la primera en poner tintura a sus películas para que se vieran en color. Fue también pionera al utilizar técnicas de máscara de doble expresión y secuencias en retroceso. Regresó a Francia en 1922.
- Louis Feuillade: Primeramente trabajó en los estudios de Gaumont como asistente de Alice Guy, cuando ella se retira se convierte en jefe de producción de la compañía. Feuillade fue reconocido por el cine de episodios y el serial cinematográfico. Abordó también temas infantiles y realistas, se evita la fantasía representando las cosas y las personas como son. Feuillade alcanza la fama estando al frente de un grupo de seriales centradas en criminales, permitiendo un absoluta distinción entre el bien y el mal. Su periodo de mayor creatividad coincidió con los años que duró la Primera Guerra Mundial, que fue donde el público demostraba mayor interés en el género.
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